
comparto mi tristeza sobre el sillón de la vieja,
Madre mía idolatrada, yo te recito poesías
atado junto a tu reja, comparto mis sentimientos
con recuerdos muy valioso al borde de tu partida.
Cubrí mis ojos negros, para tocarte las manos
no quería que tú me viera, toda la cara mojada
sabiendo que tú te irías, hacia tu eterna morada
Cuando ese sueño mezquino, tardaba en su llegada
recuerdo que me cantabas, para dormirme en tu almohada,
en mis sueños yo escuchaba, que por mí siempre rezaba.
Madre, quiero contarte que de ti nunca me olvido,
soy el poeta entrerriano que tiene su sueño cumplido,
para escribirte poesías hasta el resto de su vida.